Continuación de La chica de Enoshima y La chica de Enoshima II
Con cierta sensación de vergüenza por la tos, dejé de fumar. Si alguna vez he tenido estilo en algo, desdeluego no ha sido fumando, y me alegro por ello; no es un hábito que quisiera tener, se nota que no sé y después de algunas caladas me reafirmo en no querer. Lo que no entiendo es porque de vez en cuando me apetecía tener que reincidir…
Las estrellas se habían ido a otra noche y el mar sólo sonaba. Pero a ella se la podía distinguir bien, la misma chica que hace unas horas asustaba gatos, ahora velaba olas en compañía de nadie. Como yo.
Alguien se le acercó. Era otra chica, una amiga que se sentó junto a ella durante un buen rato. El mismo rato que yo tardé en vaciar la última lata de cerveza que me quedaba sin abrir y calzarme de nuevo dispuesto a cortar el sueño con tijeras.
Como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, nos levantamos los tres a la vez y empezamos a caminar en la misma dirección, y cuando yo estaba tirando las latas a los contenedores de la puerta de la tienda, ellas entraron dentro. Su amiga era más alta, con la piel más morena pero esa misma pinta de desaliño adrede, con el pelo de cualquier manera y vaqueros rotos colgando, como si no hubiese cintura ahí debajo que los sujetase.
De nuevo el escándalo; risas y gritos que venían desde la sección de alcohol de la tienda y se escuchaban desde fuera, y eso que sólo eran dos.
Así, de sopetón, me agobié. Me dí cuenta de que si no empezaba a coger trenes, iba a tener que estar allí sólo toda la noche y el plan de estar en el banco mirando al reloj cada diez minutos no me acababa de cuadrar, así que empecé, resignado, a andar hacia la estación. Malditas las ganas que tenía de irme.
Por el camino escuché música que venía desde el mar. En medio de la oscuridad, una serie de casetas iluminaban la playa a modo de refugio de los que, como yo, no teníamos muy claro eso de que las horas que quedaban tuviesen que ser para dormir.
Me acerqué y descubrí una especie de plaza artificial repleta de mesas y sillas de plástico rodeadas de restaurantes y bares improvisados con cuatro maderas y mucha pintura. En total no habría más de treinta personas que bebían y bailaban con Bob Marley que sonaba a todo volumen entre olores de carne asada, salitre y alcohol.
Una coronita en botella, con su limón, era bastante más prometedor que mi banco de jugar a fumador, así que allí me senté más que dispuesto a olvidarme de recordar.
– Hellooooo -me dijo alguien más o menos sobre la segunda cerveza, y cuando me giré había tres chicos también con Coronitas que me sonreían tratando de entablar conversación.
– Hi -contesté sorprendido
– Are you alone? please, come with us -me dijo otro señalando un lugar un poco más apartado donde habían juntado dos mesas alrededor de las cuales habría como siete u ocho personas más
– Ehh, I feel shy, really?
– Yes yes, please come come !! we invite you
Y como andábamos parejos de borrachera, me fui con ellos.
Sin saber cómo, me encontré sentado en medio de un montón de personas que no dejaban de hacerme mil y una preguntas mientras se aseguraban de que hubiese siempre algo que comer y una Coronita con limón que vaciar entre puntos que siempre eran y seguido, nunca finales. Hablamos de chicas, españolas y japonesas, de idiomas, de chicas, japonesas y españolas, de trabajos, de ropa, de chicas, de culturas opuestas y costumbres que iban de la mano… y el caso es que me pareció que todos salimos ganando.
Como no me dejaban pagar, yo aprovechaba uno de cada dos de mis viajes al baño para pedir más comida y más bebida y hacer que la llevasen a las mesas sin que Miwa, la camarera de cuyo nombre me sigo acordando gracias a esa minifalda verde, dijese de dónde venían. Al volver de mi segundo o tercer viaje de los pactados y sentarme en mi silla de plástico ennegrecido, me dijeron, entre risas y palmas, que no se me ocurriese pagar ni un yen más, que yo era su invitado y que para la siguiente pagaría como todos, pero no esa noche. Y mientras yo jugaba a que me hacía el ofendido, vi que la chica de Enoshima y su amiga venían directas hacia nosotros con sus bolsas del combini, sus pelos distraídos y su griterío que hacía enmudecer al mismísimo Marley de los altavoces.
– Aquí viene Mika, por fin -alcancé a entender, y un par de chicos fueron corriendo a ayudarles con las bolsas y darles la bienvenida
– She is our friend, she is coming with snacks and shochu, do you know shochu? -me dijo uno de mis nuevos amigos
– Yes, and I also know her, she was in Enoshima this afternoon and she scared my cat -dije yo mientras devolvía el guiño al destino.
– She did what? -dijo sin hacerme demasiado caso
– Hahaha, nothing nothing
Entonces nos presentaron, yo era «el extranjero de España al que le gustaban las japonesas porque hablaban muy dulce», entre otras muchas facetas mías que yo mismo desconocía, y ella era Mikachan.
Esa noche no pude retener más nombres. Estaba Miwa, mi camarera aliada de minifalda verde.
Y Mika, la chica de Enoshima.
Concluye aquí…
Esperando el final, la conclusión.
Un leerte.
Joooooder ya nos acercaaamos cuanto cliffhanger… aunque siento que al final nos vas a dejar con la miel en los labios de todas formas
Nada de Alfred Hitchcock….
El auténtico mago del suspense eres tú….
ufff, me tiene absorvido esta historia. Y pensar que nos vas a castigar un tiempo mas…ainssss…felicidades, segun mi criterio, que no se yo si valdra de mucho, no solo la historia sino tambien el modo en que la cuentas es impresionante asi que animo!!!
justo cuando estaba a punto de olvidárseme… aquí vuelve la chica de Enoshima! buena historia, espero el final.
Un abrazo
ohhhh, que lindo, …. nos dejas con un intríngulis, que pa qué
me encanta cuando usas esa palabra! solo…. ¡me encanta!
Yo a estas alturas necesito un resumen de lo anterior :?: ¡cualquiera te contrata de guionista!, alargando las historias eres en number one
Hey que intriga dolor de barriga!!
Como te gusta dejarnos intrigados y con suspense… no te hagas de rogar con la conclusión!!!
Yo también creo que al final nos va a dejar con las ganas. Siempre hay cosas que es mejor no terminar de contarlas y me da que esta es una historia de esas 8)
Aun así, el viaje también es bonito, quizás mejor que el final.
Increible la forma de contar la historia
No nos hagas esperar mucho el final! Tengo ganas de ver como acaba.
Joder con la 3a entrega!
Nos tienes en ascuas, ladrón! :cry:
Estabas tardando ya en publicar la continuación de esta historia… y ganas de ver cómo acaba!
PD: En el calendario del curro vi que el viernes es… San Matías! Algo habrá que hacer por todos los japoneses que se llaman así!
Y luego hablan del esperado final de Perdidos…anda y que le den. Esta historia tiene mucha mas miga…
Dale duro tito Tosca !!
De nuevo, nos dejas con la miel en los labios.. mmm muy intrigante!!
Llegará algún día el final?! yo creo que lo vas a estirar aún más…. Nos tienes pillados..
Como siempre leerte
Besitos
Te quiero, tío !! Pero acaba ya la historia…
Caray… estoy completamente enganchado a este culebrón!!!
Con ganas de saber cómo acabó la cosa!!!
Apoyo la mocion de flappy que me tuve que leer las otras 2 historias de nuevo porque se me había olvidado el hilo de la historia xDD
Por cierto…gran relato!!!
Q ganas tengo de leer el final!!!! esto es como Perdidos, el final esta tan cerkitaaaaaa
Gracias a todos!!!!
Ojooooo, que no la estoy alargando, que es que si pongo todo junto, queda un tocho muy grande y no quiero escribirla en plan resumen…
La última parte la tengo casi escrita, pero es que no me acaba de gustar como queda… pero la pondré pronto!
No te gusta como queda, o como paso?
cómo pasó me parece una historia preciosa, no me gusta cómo he escrito el final, creo que lo puedo hacer mejor…
Por dios Oskar!!
Sigue con la historia que me has dejado con el corazón en un puño!!!